Este doble retrato se halla
inspirado sin duda por un original perdido de Jan van Eyck, pintado hacia 1440.
Diversos elementos estilísticos y compositivos indican tal origen. La
escenografía de este interior, por ejemplo, puede compararse con la del retrato
del matrimonio Arnolfini. La presencia de un espejo convexo sobre la mesa
recuerda también el que aparece al fondo de la estancia en la composición de
Van Eyck anteriormente citada. El detalle de tan diminuto objeto sirve al
propósito, por una parte, de estudiar la técnica precisa, miniaturista, de
Quentin Metsys. De otra, para poner de manifiesto el ingenio del pintor y su
observación científica de la realidad. En el espejo se refleja la imagen de un
hombre situado junto a una ventana que debería hallarse a la izquierda de la
composición, por la cual se divisa un ala del edificio, un patio o huerto
poblado por algunos árboles y la torre más lejana de una iglesia. La intrusión
de la realidad externa al cuadro completa la visión del medio urbano en que habita
la pareja retratada, al propio tiempo, la presencia del personaje tocado con un
turbante rojo constituye una alusión a la clientela que frecuenta la casa del
cambista.
Interesantes consideraciones. Saludos.
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