Durante el tiempo que estuvo en
Roma como pensionado, Mariano Fortuny se vio obligado a realizar una serie de
obras que debía enviar a la Diputación Provincial de Barcelona. Estas
composiciones tenían que ser básicamente estudios anatómicos, la copia de un
cuadro de un autor clásico y una composición al óleo nacida en la imaginación
del artista sobre un hecho de la historia general de Cataluña. Sin embargo,
esta pintura fechada en 1861 fue la primera obra que Fortuny mandó a la
Diputación.
La temática del cuadro responde
al primer viaje del pintor a Marruecos para realizar una serie de cuadros de
batallas donde se exaltaran los éxitos del general Prim y los soldados de
Cataluña en la Guerra de África. Odalisca es una de sus primeras incursiones en
la temática orientalista, aunque adaptó un lenguaje muy convencional y enfocado
a la visión europea que se tenía sobre estos asuntos. Fortuny mostró una imagen
muy típica del mundo oriental, tratada con anterioridad por otros muchos
artistas europeos, como Ingres o Delacroix.
La odalisca, esclava dedicada al
servicio del harén del Gran Turco, aparece tendida sobre un paño de seda
labrada, sin hacer nada, disfrutando de los placeres de la vida mientras
escucha la música que toca un eunuco retirado en la oscuridad de la sala. Al
fondo apreciamos diversos objetos de clara inspiración árabe como un arcón de
madera labrada con decoración geométrica, una bandeja de plata o una pipa de
agua junto a una pequeña taza de té.
Mediante la voluptuosidad de las
formas desnudas del cuerpo de la odalisca, el pintor transmitió gran
sensualidad y hedonismo. Por lo que se refiere a la técnica, cabe destacar la
gran maestría con que recrea los efectos de la luz sobre las carnes de la
odalisca. Pese a la disconformidad de una parte de la crítica, el éxito de esta
pieza entre el público fue notable.
¡Fantástico blog! Ha sido una grata sorpresa descubrirlo. Lo enlazo al mío, si no le importa.
ResponderEliminar¡Gracias!