Este retrato que Federico pinta de
su madre hacia 1848-1850 nos permite conocer a la “madre de los Madrazo” cuando
contaba aproximadamente unos sesenta años. Aparece en una sencilla, y al mismo
tiempo precisa, composición que destaca por la sobriedad expresiva animada por
el colorido del rico capote de encajes y lazadas laterales con babolet anudado en la barbilla, que
debía de lucir habitualmente como puede observarse en documentos fotográficos
conservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario